Desigualdad en la educación chilena
Un estudio de la OCDE ubicó a Chile entre los 11 países miembros con la mayor desigualdad educativa, según los recursos del alumno. Según la OCDE, si todos los estudiantes chilenos de 15 años alcanzaran el nivel básico de la prueba PISA, el PIB al año 2095 podría ser hasta un 35% mayor.
Un enorme
desafío para la educación chilena acaba de poner sobre la mesa la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a
partir de un informe sobre rendimiento elaborado a partir de los
resultados de la pruebas PISA (Programa Internacional para la Evaluación
de Estudiantes) y que ubicó a Chile entre los 11 países de la OCDE con
mayor desigualdad educativa. El documento alerta que un estudiante del
país con bajos recursos tiene seis veces más probabilidades de bajo
rendimiento escolar.
Sin duda que se trata de un documento preocupante y
que debe ser tomado en consideración por las autoridades en medio de la
discusión de los proyectos de ley que este año tratarán materias como la
desmunicipalización de la educación pública en nuestro país. La OCDE
nos sitúa hoy en el noveno lugar del ranking de desigualdad.
Según los resultados de la prueba PISA 2012, el 52%
de los estudiantes chilenos tuvo un bajo rendimiento en matemáticas,
cuando la media de los países OCDE es de 23%. Asimismo, 33% tuvo un
nivel bajo en lectura (la media es de 18%), 34% bajo en ciencias (media
18%) y 25% nivel bajo en las tres materias, contemplando que la media de
los países miembros es de 12%.
En el caso de Chile, el 75% de los estudiantes
desfavorecidos tuvo un bajo rendimiento en matemática, mientras que los
alumnos de situación socioeconómica buena, fue de 25%.
El organismo internacional, al cual Chile se
encuentra adscrito como su miembro N°31 desde el año 2010, ha
recomendado a las autoridades de gobierno "transformar el bajo
rendimiento una prioridad en su agenda de política educativa y convertir
esa prioridad en recursos adicionales". Asimismo, siendo uno de los
énfasis de la transformación educativa la calidad, por cierto que se
requiere crear un entorno de exigencia que ofrezca a la vez apoyo y
refuerzo escolar, y anime a los padres y las comunidades locales a
involucrarse en la vida escolar.
Asimismo, la OCDE ha aconsejado diseñar una
estrategia adecuada para los estudiantes de bajo rendimiento, ofrecer
programas de refuerzo especiales para estudiantes de origen inmigrante,
que hablen una lengua minoritaria o que provengan de zonas rurales,
atacar los estereotipos de género y apoyar a las familias
monoparentales, reducir desigualdades en acceso a educación preescolar y
limitar la separación de los estudiantes por nivel académico. Según la
OCDE, si todos los estudiantes chilenos de 15 años alcanzaran el nivel
básico de la prueba PISA, el PIB en 2095 podría ser 35% mayor, un
desafío que debe abordarse hoy.
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